El pasado 13 de julio culminó la primera fase de Tecnologías Creativas en la que Fundación Telefónica, en alianza con la Secretaría de Educación de Quito, ha capacitado a 24 docentes en el uso educativo de las tecnologías.
24 docentes de diez instituciones educativas municipales de Quito se formaron en el uso de la tecnología y la programación informática como herramientas para desarrollar competencias digitales como la creatividad, la innovación y el pensamiento lógico matemático.
24 docentes de diez instituciones educativas municipales de Quito se formaron en el uso de la tecnología y la programación informática como herramientas para desarrollar competencias digitales como la creatividad, la innovación y el pensamiento lógico matemático.
Esta capacitación es parte del proyecto Tecnologías Creativas que Fundación Telefónica Ecuador implementa para promover la reducción de la brecha digital en la educación y para desarrollar competencias en los estudiantes para afrontar los retos del mundo digital. Estos talleres impartidos significaron 40 horas de formación presencial y virtual en el uso de la programación a través de herramientas como Scratch y Arduino (software y hardware libre respectivamente), las cuales fueron la base para replicar lo aprendido a los niños y niñas de las instituciones educativas municipales de Quito.
En este proceso formaron parte la Unidad Educativa Eugenio Espejo, el Colegio Sebastián Benalcázar, el Colegio Bicentenario, el Colegio Fernández Madrid, la Unidad Educativa Calderón, la Unidad Educativa San Francisco De Quito, el Colegio Cotocollao, la Unidad Educativa Julio E Moreno, la Unidad Educativa Quitumbe y la Unidad Educativa Oswaldo Lombeyda.
Volver a sentarse en el aula
Ana Martínez de Orbe, profesora de informática de la Unidad Educativa Eugenio Espejo destaca que esta experiencia ha sido para ellos similar al aprendizaje de los niños, pues han regresado “a aprender jugando, que es la manera más directa de aprender e ir logrando paso a paso sus proyectos”.
Su colega Freddy Cañar, contó que el reto como docentes fue el esfuerzo extra que tuvieron que dedicarle para el complemento de la formación en línea, pues significó mucha disciplina, ser autodidactas y transmitir sus aprendizajes a sus alumnos.
Ana y Freddy, subrayan la importancia de las tecnologías en la educación de los niños, puesto que como nativos digitales, conocen las herramientas y las utilizan, pero hay que guirales en su formación para que sea en beneficio de ellos. Un ejemplo de ello, es la programación informática la cual les sirve para enseñar de manera didáctica y lúdica cualquier asignatura.
La tecnología nos hace iguales
A través de la tecnología, incluso niños con un leve retraso llegan a ponerse a la par de sus compañeros. Ana Martínez de Orbe nos cuenta de un alumno que tiene dificultades para rendir al mismo nivel que el resto de estudiantes. “Habitualmente necesita de mayor atención y tiempo para poder seguir el ritmo de la clase, sin embargo, con los talleres de tecnologías creativas consiguió ponerse a la par. Si bien necesitó un poco más de tiempo que el resto, él sólo logró llevar adelante su proyecto en el que explicó paso a paso el sistema digestivo.”
Aprendizajes más allá de Scratch y Arduino
Diego O. y Christian N., alumnos de primer curso de bachillerato de la Unidad Educativa Sebastián Benalcázar, señalan el trabajo en equipo como aprendizaje de competencias para la vida a través de la tecnología. En su curso, desarrollaron proyectos por parejas o en pequeños grupos, pero además, el resto de compañeros fueron colaborando en uno u otro proyecto según las necesidades de los demás.
Erika A., alumna de primero de bachiller del Colegio Bicentenario, aprendió lo que es la perseverancia. En su afán por hacer ejercicios lúdicos de matemáticas en Scratch tuvo que reiniciar hasta dos veces el proyecto que realizaba, pero luchó por terminarlo y mejorar en el proceso.
David G. y Mateo M. de noveno curso de la unidad educativa Eugenio Espejo, hablan de que la programación es un lienzo en blanco que permite construir cualquier cosa y poder enseñar con ella a los demás. En el proceso, aprendieron a ser pacientes y perseverantes, afrontando los obstáculos que fueron atravesando a la hora de desarrollar sus juegos educativos.
Aprendizaje colaborativo entre maestros y alumnos
En el Colegio Fernández Madrid, docentes como Carlos Suárez, del área de informática, descubrieron con orgullo que junto con sus alumnos pueden llegar a aprender más y manera más rápida. Cuenta Carlos, que con sus estudiantes logra encontrar vías alternativas para resolver algún inconveniente en el desarrollo del proyecto, complementando su experiencia en la docencia con la de los estudiantes en el uso de la tecnología.
Las Tecnologías Creativas, han mostrado tanto a profesores como a alumnos, que la tecnología es una herramienta que permite aprender a través de la diversión, algunas competencias como la perseverancia, la disciplina, el orden y el trabajo en equipo, elementos claves para llevar a cabo a proyectos antes insospechados.
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