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Los trece Voluntarios Telefónica que dedicaron sus Vacaciones Solidarias regresaron a sus países tras dejar dos aulas comunitarias, un área de juegos y parte de sí mismos en Isla Luis Vargas Torres e Isla Roberto Luis Cervantes.
Las emociones vividas durante dos semanas en estas dos islas de la ciudad de Esmeraldas no se borrarán de la mente y los corazones de los voluntarios. Llegaron con incertidumbre y mucha ilusión a Ecuador y se despidieron con lágrimas y abrazos infinitos de unas comunidades que les acogieron de manera sorprendente. Los Voluntarios Telefónica dejaron dos aulas comunitarias y un área de juegos infantiles, pero sobre todo, muchos recuerdos en las comunidades que por dos semanas se convirtieron en su hogar.
 

La acogida de la comunidad

Los voluntarios estaban expectantes ante la reacción de la comunidad con su llegada, sin embargo, la acogida fue espectacular. El agradecimiento de estas comunidades hacia estos voluntarios que dejaron sus casas y sus familias para ayudarles, quedará grabado en sus memorias.

Los Voluntarios, como Rafael Taboada (España) se alegraron del recibimiento y desde el primer día, sus palabras fueron de gratitud hacia las personas de la comunidad. Tal fue la implicación de este joven voluntario español que los últimos días se refería a Isla Roberto Luis Cervantes como “mi isla” y a la comunidad como “mi gente”.

De proyecto de Voluntariado Internacional a Minga Comunitaria

 
«Sin la ayuda de ustedes, la comunidad, esto no hubiera sido posible.
Me llevo todo el cariño recibido»
Romina Ponce, Voluntaria Telefónica de Argentina
 

La unión voluntarios-comunidad fue tan grande en las islas, que al trabajo de los voluntarios se sumaron mujeres, jóvenes y niños de la comunidad, formando casi una minga comunitaria.  “Gracias a la ayuda de la comunidad (con la implicación de entre 25 a 30 personas) el trabajo ha resultado más rápido de lo que pensábamos” explica Juan Carrazana, Voluntario Telefónica de Venezuela.

Intercambio Cultural

Más allá del trabajo de construcción realizado o los talleres impartidos, esta experiencia fue sobre todo intercambio con la comunidad. “Tienen la curiosidad de saber de dónde venimos, cómo es nuestro país y también compartir su cultura. Mientras trabajan están cantando y bailando y nos hablan de sus costumbres” relata Carmen Carballa, Voluntaria de Telefónica/Vivo de Brasil.

 
“Muchas veces algo simple genera gran impacto en la vida de las personas” Fabiana Sáenz, Voluntaria Brasileña.
 

Fabiana Sáenz (Brasil) cuenta también, que incluso aprendieron de los niños de la comunidad que les ayudaron. Fabiana, se siente feliz de haber dado a estos niños un área infantil que no tenían y que ahora pueden disfrutar.

Por otra parte, las mujeres de la comunidad decidieron denominar “Pedacito Solidario” al aula comunitaria construida por los Voluntarios, y donde en alianza con Aldeas Infantiles SOS Ecuador , se continuará con talleres de atención a la infancia de esta zona. Este rincón se convertirá en el espacio comunitario que los usuarios se comprometieron a cuidar, recordando siempre el duro trabajo de los voluntarios.

Superando las expectativas

Al finalizar, cada uno recordó las expectativas con las que vino a Esmeraldas. Leyeron un papel en las que las tenían anotadas y todos, absolutamente cada uno de ellos, logró cumplirlas e incluso superarlas.

Incluso antes de terminar completamente el proyecto, Gerard Mitjà, voluntario español, admitía que esta experiencia “superó mis expectativas”. Según indicaba en la capacitación previa al proyecto, lo que él esperaba era crecimiento en ambas direcciones: “ayudar a crecer a los niños de la comunidad y al mismo tiempo crecer con la experiencia”.

Y definitivamente logró su objetivo, porque entre otras cosas, cuenta que le sorprendió entablar una amistad en el poco tiempo que compartió con un joven de la comunidad que horas antes era un completo desconocido.

Un trabajo por continuar
«A veces nos quedamos cortos por las necesidades que tenemos para poder dar a los niños la mejor educación. Sigan llevando su ayuda a quienes más lo necesitan. Gracias Fundación Telefónica.»
Nieves, profesora de la Escuela Leonidas Gruezo George

Tanto Ecson Bone, rector de la Escuela Leonidas Gruezo George, como Karina Vivar, representante del GAD Municipal de Esmeraldas, reconocieron la ayuda recibida por parte de los Voluntarios Telefónica y demostraron su compromiso porque aún queda trabajo por hacer y la comunidad debe seguir trabajando unida.

«Ahora son ustedes quienes tienen que continuar con el trabajo en equipo»
Luis Miguel Olivas, Coordinador del proyecto

Palabras que se llevarán en su maleta
«Me llevo la mochila cargada de su cariño y su amor. Muito obrigado»
Màrcio Sena, Voluntario Brasileño

Se dice que “las palabras se las lleva el viento” pero no es así cuando encierran las emociones vividas. Y estas palabras, son las que definieron cada día de la experiencia de estos voluntarios y de seguro, llevarán consigo para siempre: gratitud, compañerismo, alegría, unión, impresionante y participación.

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